El cómo la comunicación 2.0 destapó graves irregularidades
Cristián Saieh Socio Puga Ortiz Abogados. Director Centro Negociación UC
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Cristián Saieh
Twitter, WhatsApp, correos electrónicos y un sinfín de herramientas provenientes de internet y la telefonía digital, que se han denominado comunicación 2.0, han producido un fuerte impacto en nuestra sociedad. Vemos afectada la noción tradicional de comunicación, extendiéndola a niveles difíciles de imaginar hace pocos años. Basta ver cómo influye Twitter en el devenir político; cómo muchos negocios relevantes se concluyen por correos electrónicos y cómo Facebook se ha convertido en un canal de transacciones comerciales de indiscutida relevancia.
Tan importantes son estas comunicaciones digitales que han destapado en Chile los más grandes y graves escándalos de los últimos tiempos: desde el financiamiento irregular de la política, pasando por las colusiones empresariales, hasta el comportamiento íntimo de personajes de alto perfil público. La comunicación digital transforma nuestras vidas y condiciona hechos políticos, sociales, económicos e incluso familiares (cuántos matrimonios rotos como consecuencia de un whatsapp). Veamos qué debemos entender de este tipo de comunicaciones.
Dentro de las características de las redes sociales y la comunicación electrónica podemos mencionar la pérdida del concepto “distancia”: al momento de enviar un mensaje, publicar en el “muro” o realizar un comentario en Twitter no es importante el lugar físico donde se encuentre el emisor y el receptor del mensaje ya que lo relevante es el contenido de éste y obtener una respuesta rápida.
En segundo lugar, la comunicación es asincrónica, esto es, diferida en el tiempo; así, un correo electrónico puede ser contestado inmediatamente o varios días después. Existe una mayor amplitud de relaciones ya que se puede mantener contacto con una gran masa de personas instantáneamente; la hiperconectividad que permite generar muchas conversaciones simultáneamente y, por último, una red de contactos personalizada, en que es uno el encargado de elegir con quién se quiere mantener contacto.
Estas características generan consecuencias que es necesario tener presente al comunicamos virtualmente. La primera es la espontaneidad, ya que muchas de estas herramientas son de carácter directo, es decir, una vez enviado el mensaje ya no hay vuelta atrás; la segunda es tener conciencia del respaldo ya que casi todas estas comunicaciones pasan a ser de dominio público por las múltiples “puntas” que generan, por lo que es clave considerar que la información enviada será almacenada, produciendo prueba irrefutable.
Por último, la tercera consecuencia es la relevancia que conlleva el mensaje, porque algunas personas prestan menor importancia a estas formas de comunicación ya sea por estrategia o por desinterés, lo que genera incomprensiones en el emisor del mensaje.
A pesar de que ningún medio electrónico reemplaza la calidad de la comunicación directa, en que el lenguaje corporal cobra especial relevancia, el desafío de la comunicación digital es ineludible y sus resultados, positivos para algunos y devastadores para otros.